Estrategia de Gestión de Activos: Cómo Implantar un Plan Estratégico para el Crecimiento de las Empresas, Herramientas y Técnicas

Puntos clave:

• La estrategia de gestión de activos incorpora las fases de planificación, adquisición, utilización y eliminación para una gestión eficaz.
• Técnicas como la identificación, clasificación, auditoría, seguimiento y optimización son cruciales para la gestión de activos a lo largo de su ciclo de vida.
• La utilización de herramientas de software avanzadas y servicios de consultoría de expertos mejora la optimización de activos, la supervisión del rendimiento y los procesos de toma de decisiones.

En este artículo:

La estrategia de gestión de activos consiste en planificar y gestionar los activos de la organización desde el momento en que se adquieren hasta el final de su vida útil. Requiere la identificación de los activos, su compra, el seguimiento de su uso, su mantenimiento y su eventual eliminación. Las organizaciones deben asegurarse de que existe una estrategia completa de gestión de activos para garantizar que los recursos se utilizan de forma óptima, mejorando así la eficacia, minimizando los costes y reduciendo los riesgos.

Una estrategia clara de gestión de activos permitirá a las organizaciones tomar decisiones informadas sobre sus activos actuales, centrarse en inversiones cruciales y garantizar que la gestión de activos se alinea con sus objetivos empresariales. Contar con un plan eficaz de gestión de activos permitirá a las organizaciones maximizar sus activos, obtener una ventaja competitiva en el mercado y lograr la sostenibilidad a largo plazo.

¿Cuáles son los primeros pasos para crear una estrategia de gestión de activos?

• Identificar los Activos Actuales: Las organizaciones deben realizar una comprobación exhaustiva del inventario y documentar todos los activos en stock, incluidos el hardware, el software, las licencias y otros activos.
• Establecer metas y objetivos: Determina las metas y objetivos de la estrategia de gestión de activos, garantizando la alineación con los objetivos generales de la organización.
• Analiza los requisitos: Identifica las necesidades y requisitos de la organización para la gestión de activos, garantizando la escalabilidad, el cumplimiento y la adhesión a la gestión de riesgos.
• Desarrollar Procesos: Define procesos y procedimientos para la compra, despliegue, uso, mantenimiento y eliminación de activos. Establecer procesos claros garantiza la coherencia y la eficacia en la gestión de activos.
• Asignar Recursos: Asigna el presupuesto, el personal y la tecnología necesarios para implantar y ejecutar la estrategia de gestión de activos desarrollada.
• Establecimiento de métricas: Define indicadores clave de rendimiento (KPI) y métricas para medir el éxito de la estrategia. La supervisión y optimización continuas de las prácticas de gestión de activos son esenciales para mejorar.

¿Cómo mejorar una estrategia de gestión de activos?

Para mejorar una estrategia de gestión de activos, las organizaciones deben asegurarse de que se aplican los siguientes procedimientos:

1. Realizar revisiones regulares o periódicas de la estrategia de gestión de activos para identificar áreas de mejora y asegurar la alineación continua con las necesidades del negocio.

2. Mantener datos de activos precisos, actualizados y bien documentados para facilitar la toma de decisiones informadas y garantizar el cumplimiento de la normativa.

3. Implanta herramientas de automatización y soluciones de software para agilizar los procesos de seguimiento e información de activos, mejorando así la eficacia de la estrategia de gestión de activos y reduciendo el riesgo de errores manuales.

4. Alinear y optimizar la utilización de activos integrando los procesos actuales de gestión de activos con sistemas como la gestión de servicios de TI (ITSM) y los sistemas de adquisiciones.

5. Proporcionar formación a los empleados responsables de la gestión de activos para garantizar que comprenden los procesos y políticas pertinentes, optimizando en última instancia la utilización de los activos y el cumplimiento de los procedimientos establecidos.

Las cuatro fases generales de las estrategias de gestión de activos son planificación, adquisición, utilización y eliminación.

La fase de planificación requiere que las organizaciones fijen objetivos, elaboren políticas y diseñen estrategias para que los activos se gestionen bien. Para ello es necesario documentar los activos existentes y definir los objetivos de cada recurso. Una vez hecho esto, llega el momento de adquirir el activo que se ajuste a los objetivos de la organización. Esto implicaría adquirir y negociar con el proveedor que se haya seleccionado. Así te aseguras de que obtienes una buena relación calidad-precio por la compra de activos.

Una vez que el activo está en stock, es hora de centrarse en la utilización de su ciclo de vida, es decir, desde el momento en que se compra hasta el final de su vida útil. El mantenimiento proactivo y la supervisión periódica garantizarán que el activo se utilice en todo su potencial, reduciendo su tiempo de inactividad y aumentando su vida útil. Ayuda a comprender mejor la vida de depreciación del equipo. La etapa final es cuando el activo se elimina o se retira de forma rentable y sostenible. Para ello, el activo debe ser desmantelado, revendido, reciclado o eliminado de forma adecuada para garantizar el cumplimiento de los requisitos normativos.

Todas estas fases están vinculadas para proporcionar un ciclo continuo de gestión de activos. Por tanto, garantiza que los activos sean capaces de contribuir y aportar valor en el tiempo.

Ejemplos de estrategias exitosas de gestión de activos por sector

Sector sanitario:

El sector sanitario se nutre de la estrategia de gestión de activos para que éstos se utilicen eficazmente en la atención al paciente, al tiempo que se garantiza la rentabilidad. Por ejemplo, se utiliza un sólido sistema de seguimiento para controlar y mantener la eficiencia y utilización de los dispositivos médicos existentes. Esto es importante para reducir el riesgo de tiempo de inactividad y garantizar que los dispositivos se sustituyen correctamente.

Sector manufacturero:

Emplear una estrategia de gestión de activos es crucial en el sector manufacturero porque es importante que las maquinarias se aprovechen al máximo para que se mantengan los niveles de producción. De ahí que se lleve a cabo un mantenimiento predictivo para garantizar que no se produzcan averías no deseadas. Además, se utilizan sistemas de gestión de inventarios para garantizar que las piezas estén siempre disponibles.

Sector del transporte:

La estrategia de gestión de activos es vital en la sección de transporte para garantizar la seguridad, fiabilidad y cumplimiento de los vehículos. Se utiliza para seguir y controlar el uso de los vehículos, asegurándose de que se mantiene a tiempo, y diseñando un seguimiento eficaz de las rutas.

Estos estudios en diversos sectores muestran que las estrategias de gestión de activos casos de uso son vitales para alinear las necesidades de la industria, así como para mitigar los retos. Con un mantenimiento proactivo, una asignación adecuada de recursos y el uso de la tecnología correcta, las organizaciones podrán tener operaciones eficientes y robustas.

Un plan estratégico de gestión de activos (SAMP) es una documentación exhaustiva que proporciona a las organizaciones los medios para gestionar los activos de forma eficaz y a largo plazo. Tiene en cuenta la gestión del inventario de activos, el ciclo de vida de los activos, la evaluación de riesgos, las métricas de rendimiento de los activos y la planificación financiera, desde la compra hasta el final de la vida útil.

Antes de introducir el SAMP, la organización debe asegurarse de que se ha realizado una evaluación exhaustiva de los activos actuales. Una vez hecho esto, se esbozan los objetivos, se establecen las estrategias y se adquieren los activos. A partir de ahí, se esboza el calendario de mantenimiento y eliminación para garantizar que los recursos se asignan adecuadamente en toda la organización. Esto ayuda a racionalizar las operaciones, mitigar los costes no deseados, aumentar la vida útil del activo y garantizar el cumplimiento de la normativa.

Al utilizar SAMP, la organización se beneficiará de tomar mejores decisiones, ser más consciente de la utilización de los activos, reducir el riesgo de tiempo de inactividad y aumentar la duración del uso de los activos y el retorno de la inversión (ROI).

Las técnicas de estrategia de gestión de activos incorporan algunos métodos para garantizar que los activos se utilicen y gestionen eficazmente a lo largo de su ciclo de vida. Se estructura en torno a las cuatro fases generales de planificación, adquisición, utilización y eliminación.

Cada una de estas fases consta de cinco etapas: identificación, clasificación, auditoría, seguimiento y optimización. Esto ayuda a gestionar los activos sistemáticamente y, por tanto, a garantizar que se supervisan, mantienen y utilizan eficazmente para obtener los máximos beneficios en toda la organización.

Las herramientas de estrategia de gestión de activos utilizan una serie de sólidas soluciones de software junto con servicios de consultoría de expertos. Esto se hace para proporcionar optimización y gestión de activos, por lo que emplean software de última generación y especialistas para proporcionar orientación.

Utilizando un software de gestión avanzado e incorporando funciones como el seguimiento en tiempo real, el mantenimiento predictivo y el análisis en profundidad, las organizaciones pueden recopilar datos y analizarlos para tomar mejores decisiones. Esto les permite hacer un seguimiento del rendimiento de los activos, identificar riesgos y maximizar el uso de los activos y el ROI.

Además, los servicios de consultoría de expertos son cruciales para desarrollar e implantar estrategias actuales de gestión de activos que se alineen con las metas y objetivos de la organización. Aportan conocimientos sobre las mejores prácticas, cuestiones de cumplimiento y nuevas mejoras para que los activos estén totalmente optimizados.

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Es importante tener una gestión de activos estratégica y operativa equilibrada para aumentar el rendimiento y lograr un crecimiento sostenible. La gestión estratégica de activos se centra en aumentar el valor de los activos, reducir los riesgos y garantizar la sostenibilidad a largo plazo. La gestión operativa de activos, por su parte, está orientada a mantener y utilizar eficazmente los activos.

Para garantizar que este equilibrio funcione a la perfección, las organizaciones pueden utilizar los siguientes métodos:

• Asegurarse de que los objetivos diarios están alineados con los objetivos a largo plazo de la organización. Por tanto, debe haber comunicación y colaboración entre departamentos para garantizar que se practica la estrategia de gestión de activos.
• Emplea sólidos análisis de datos y métricas de rendimiento para desarrollar estrategias operativas de activos claras y estructuradas. Esto puede hacerse recopilando información en tiempo real, pronosticando tendencias y garantizando la optimización de los activos.
• Sé abierto y flexible para adaptar nuevas ideas, ya que el mercado siempre está cambiando con nuevas tecnologías y normativas. De ahí que las organizaciones deban ser siempre ágiles y adaptables para perfeccionar sus estrategias de gestión de activos.
• La retroalimentación siempre es importante en una organización, y es necesaria para determinar si las estrategias de gestión de activos que se ponen en marcha son eficaces. Esto garantiza que los objetivos operativos a corto plazo cumplan la estrategia a largo plazo de la organización.

La meta y el objetivo de aplicar estrategias de gestión de activos es prolongar la vida útil de los activos, reducir los riesgos y mejorar la eficacia general de los activos. Así pues, la organización debe asegurarse de que todo el ciclo de vida del activo esté en consonancia con los objetivos de la organización.

Además, la gestión de activos exige equilibrar los objetivos a corto plazo, que pueden ser las operaciones cotidianas, con los objetivos a largo plazo, como la sostenibilidad y el cumplimiento a lo largo del tiempo. Es importante mantenerse flexible en la estrategia de gestión de activos debido a las tendencias del mercado, en constante cambio. Así, es importante permanecer siempre ágil, adoptar los nuevos avances tecnológicos junto con las nuevas normativas para crear valor o evitar la destrucción de valor.

Para aumentar el rendimiento financiero con estrategias de gestión de activos, las organizaciones tendrán que considerar algunos enfoques que son clave para la optimización del rendimiento de los activos. Esto es importante para generar ROI y aumentar los márgenes de beneficio.

Un método que puede utilizarse para aumentar los márgenes de beneficio es asegurarse de que la cartera de activos esté bien gestionada, de modo que pueda aprovechar las oportunidades del mercado y reducir los riesgos. Los gestores de activos estudian la asignación de activos para asegurarse de que existe una buena combinación de activos. Esto se basa en la tolerancia al riesgo, los objetivos de inversión y la alineación con las condiciones del mercado. Al asignar estratégicamente los activos entre distintas clases de activos y sectores, las organizaciones pueden conseguir una cartera diversificada y aumentar el rendimiento de la inversión.

Además, los gestores de activos utilizan ratios financieros clave como el rendimiento de la inversión (ROI), el rendimiento de los activos (ROA) y los ratios de rentabilidad para comprender el rendimiento y la eficiencia de los activos. Esto proporciona información sobre la salud de los activos financieros de la organización, lo que permite tomar decisiones informadas sobre estrategias de inversión y asignación de activos.

Para medir el éxito de las estrategias de gestión de activos hay que tener en cuenta varios factores importantes que contribuyen a gestionar y optimizar eficazmente los activos a lo largo de su ciclo de vida.

En primer lugar, es crucial identificar los activos estratégicos clave que se alinean con los objetivos de la organización y proporcionan una ventaja competitiva. Esto permite a los gestores de activos centrar los recursos y esfuerzos en aumentar el valor y el rendimiento de estos activos.

Otro aspecto esencial es evaluar el coste de toda la vida, que engloba los gastos incurridos a lo largo del ciclo de vida del activo, desde su compra hasta su eliminación. Comprender estos costes permite a los gestores de activos asignar estratégicamente los recursos y tomar decisiones de inversión informadas para optimizar los activos.

Además, garantizar la integridad de los activos a lo largo de su ciclo de vida es vital para gestionar los activos de forma que sean fiables, conformes y seguros para su uso. Prácticas como el mantenimiento preventivo, las comprobaciones periódicas y las evaluaciones de riesgos ayudan a mitigar los riesgos y amenazas que podrían afectar al rendimiento de los activos.